Las mujeres y el futuro de la aviación
Las mujeres han jugado un papel integral en la historia de la aviación. Harriet Quimby fue la primera mujer en obtener una licencia de piloto en los Estados Unidos en 1911, Betty Crites Dillon fue la primera mujer en formar parte del Consejo de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), Margaret Dunseith fue la primera mujer miembro de controladores de tráfico aéreo de Canadá y Teara Fraser se convirtió en la primera mujer indígena de Canadá en fundar y ser propietaria de una aerolínea, Iskwew Air, palabra que significa “mujer” en Cree.
Con todo esto en mente, sabemos que la diversidad de género ha progresado lentamente, particularmente para los puestos de alto rango. Si bien han habido casos de éxito, el hecho es que solo el 3% de los directores ejecutivos en la industria de la aviación son mujeres. Además, la industria de la aviación en su conjunto tiene un grupo mucho más pequeño de mujeres ejecutivas que no son directoras ejecutivas listas para ascender de rango.
Un largo camino por recorrer para las mujeres en la aviación
En una escala más amplia, The World Economic Forum’s Global Gender Gap Report 2020 ha revelado que la igualdad de género no se alcanzará hasta dentro de 99,5 años. Ese es un largo camino por recorrer y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) haya incluido la igualdad de género entre sus Objetivos de Desarrollo Sostenible.
¿La diversidad de género tiene sentido empresarial?
Según numerosos estudios, una fuerza laboral diversa indica un entorno de trabajo atractivo para el talento, una gestión competente para los inversores y fomenta el intercambio de ideas diversas que ayudan a las organizaciones a fomentar la innovación y obtener una ventaja competitiva.
Un estudio de Harvard de 1069 empresas líderes de 35 países y 24 industrias encontró que, si bien la diversidad de género se relacionaba con empresas más productivas, la correlación solo existía en contextos en los que la diversidad de género se consideraba “normativamente” aceptada. El estudio subrayó que, al igual que muchos aspectos de los negocios, el efecto de la diversidad depende del contexto, especialmente de las normas del país y la industria entorno a la diversidad de género y la inclusión.
“Soaring through the glass ceiling”
Para ayudar a la industria a identificar posibles soluciones, partes interesadas de la industria se han asociado en el primer estudio verdaderamente global sobre la diversidad de género en la industria de la aviación: Informe Soaring Through the Glass Ceiling.
El estudio entrevistó a una amplia gama de líderes y encuestó a más de 2,400 participantes de la industria para identificar tanto los habilitadores como los inhibidores de la diversidad de género y para formular un conjunto práctico de mejores prácticas.
El estudio ha concluido que los principales inhibidores de la diversidad de género en la industria son:
- Falta de oportunidad de ascenso o movilidad
- Falta de mujeres ejecutivas o miembros de la juntas directivas (falta de liderazgo femenino)
- Comprensión poco clara de posibles trayectorias profesionales
- Una percepción de la inevitabilidad del dominio masculino en la industria
- Desafíos asociados con navegar el doble vínculo: sé cálido pero sé rígido
Por otro lado, los principales facilitadores de la diversidad son tener mujeres modelos a seguir en posiciones de liderazgo y un fuerte compromiso con la diversidad por parte de los líderes empresariales.
Con el pronóstico de que la demanda de servicios aéreos se duplicará para 2037 y alcanzará los 19,7 mil millones para 2040, según una tasa de crecimiento proyectada del 3,7 % anual, vamos a necesitar un grupo de talentos grande, diverso y calificado del cual sacar provecho. Cerrar la brecha de género es, sin duda, un factor crítico para la sostenibilidad de la aviación a largo plazo y para la prosperidad del mundo.