Cinco mujeres relevantes en aviación

Con el pasar del tiempo, hemos visto profesionales que han tenido una participación importante en la industria de la aviación y muchas mujeres han sido parte de ello. Esta vez, te compartimos cinco de ellas y sus aportes a la industria de la aviación.

Bessie Coleman

Es recordada como la primera persona afroamericana en obtener una licencia de piloto. Se mudó a Francia en el 1920, en donde completó su entrenamiento de vuelo en la mejor escuela de Francia y recibió su licencia en junio del 1921. Viajó por Europa, adquiriendo experiencia de vuelo para actuar en espectáculos aéreos. En 1922, volvió a Estados Unidos en donde se dedicó al vuelo acrobático.

Raymonde de Laroche

Nació en Francia y fue la primera mujer que voló sola en 1909 y la primera en conseguir su licencia de piloto en 1910, en julio del mismo año participó en su primera exhibición aérea, y en noviembre de 1913 ganó la Coupe Femina de Aéro-Club de France por realizar un vuelo de larga distancia sin paradas de más de cuatro horas de duración.

Harriett Quimby

Fue una aviadora pionera, ya que en 1911 fue la primera mujer estadounidense en obtener la licencia de piloto y la segunda en el mundo haciéndolo después de Raymonde de Laroche. Cabe destacar que, el día 16 de abril de 1912, despegó de Dover, Inglaterra camino a Calais, Francia, convirtiéndose en la primera mujer en pilotar un avión a través del Canal de la Mancha.

María Bernaldo de Quirós

Soñaba desde pequeña con poder volar, pero no fue hasta el 24 de noviembre de 1928 que se convirtió en la primera mujer española con título de piloto. Durante los siguientes años se dedicó a realizar vuelos, principalmente con una avioneta de la Aviación Naval. Iberia bautizó a uno de sus Airbus A320neo con su nombre, esperando que esto inspire a muchas mujeres en la industria.

Ruth Law

Fue la primera mujer en hacer un vuelo nocturno y la quinta mujer en obtener una licencia de piloto en Estados Unidos. Law rompió el récord de la mayor distancia recorrida en un vuelo en 1916 al volar desde Chicago hasta Nueva York. Sin duda, su mayor contribución fue su lucha para romper con los estereotipos que había entonces sobre las mujeres en la aviación. Además escribió el artículo “Let Women Fly!”, que inspiró a futuras aviadoras.